por Francie Thayer – Directora Espiritual
Algunos días me despierto y hay una estrofa de música en mi cabeza. Frecuentemente puedo descubrir el origen en algo que escuché en el radio durante los 45 minutos que viaje hacia el trabajo, pero el sábado no tenía idea de su origen. No he escuchado radio durante toda la semana (lo que hice fue escuchar un libro audio). Quiero creer que es algo que Dios usa para enviarme mensajes, ánimo y guía.
¿El refrán esta vez? La canción Look up, Child (Mira hacia arriba, hijo/a), de Lauren Daigle’s
“¿Dónde estás ahora,
Cuando el mundo se tambalea?
Oh, yo, yo, yo, yo te escucho decir
Te escucho decir
Mira hacia arriba, hijo/a
Mira hacia arriba, hijo/a”.
Así que tomé este pequeña estrofa conmigo a mi ejercicio de sábado en la mañana caminando 3 millas alrededor del barrio. La estrofa pasó una y otra vez mientras caminaba. “Mira hacia arriba, hijo/a… hey hey… mira hacia arriba, hijo/a”. Después de casi una milla y media, me reí bien alto: Yo había estado mirando mis pies en el pavimento todo el tiempo, incluso mientras repetía la estrofa: “Mira hacia arriba, hijo/a”.
Sonriendo y asintiendo con mi cabeza a mí misma, alcé mis ojos para ver a mi alrededor… y qué escenario. Había evidencias de la presencia de Dios en todo lugar: las siluetas de árboles de invierno contra el cielo azul. Gansos de nieve en formación desorganizada posándose en el campo. Gansos canadienses en intento de estrecha formación V hacia su destino. Halcones de cola roja buscando bocadillos a media mañana entre los pastos de invierno. Brillantes cardenales rojos en los arbustos, pillando con entusiasmo. Y luego, mi favorito, el que instantáneamente llamó mi atención acerca de la presencia de Dios. El águila calva, a medio camino hacia el roble, observando, observando, observando.
“Mira hacia arriba, hijo/a.”
Cuando el ajetreo y las responsabilidades de mi trabajo y de mi vida me aprietan demasiado, yo hago esto: simplemente bajo mi cabeza y camino. Pero, oh, cuánto me pierdo cuando olvido mirar hacia arriba. La amplitud de la perspectiva cuando miramos hacia arriba y notamos la belleza que nos rodea en cada momento, cambia todo en el trabajo. Me recuerda que Dios está en los alrededores, sí, pero también en el caminar, en el pavimento, en el trabajo, en las responsabilidades. Y cuando recuerdo que este Gran Amor está en todo eso, hay libertad, luz y energía que me llevan a donde sea que me lleve el viaje.
Hazte un presente tú mismo/a… Mira hacia arriba