“Dar un giro” – Nuestro Viaje de Transformación Bautismal
por Kathy Staudt
Hace unas semanas pasé frente al anuncio de una iglesia que decía: “Ven tal como eres: tú puedes cambiar aquí adentro”. He estado pensando en esto desde diferentes ángulos: Yo creo que esto nos dice algo sobre cuán contracultural el mensaje del bautismo puede parecer, con su invitación y promesa de transformación (“si alguno está en Cristo, es una nueva creación” – 2 Corintios 5:17). E incluso también acerca de la apertura y el espíritu de bienvenida que atrae a personas hacia nosotros.

“Ven tal como eres”: Quienquiera que seas y donde quiera que estés en tu peregrinar, tú eres bienvenido/a aquí: “La Iglesia Episcopal te da la bienvenida” – esos mensajes de bienvenida e inclusión son parte de la identidad que clamamos como cristianos episcopales. Esto está casi en sintonía con el mensaje dominante en nuestra cultura, que no somos juzgados o avergonzados de nada, que “estamos bien con cómo somos”. Pero cuando somos “Bautizados para toda la vida”, existe una diferencia sutil – verdaderamente somos bienvenidos y amados, “estamos bien con cómo somos” en ese sentido. Pero también reconocemos que necesitamos “cambiar interiormente” – dar un giro a nuestras vidas – y esa es una diferencia importante, ¿no es así? El primer paso del “Camino del Amor” de la Iglesia – la Regla de Vida propuesta por nuestra rama del Movimiento de Jesús, es DAR UN GIRO hacia Jesús – tiene que ver con cambiar, ser transformado: y dar un giro requiere alejarse de algunas cosas de nosotros mismo y dar la cara a lo que el camino con Jesús nos hará.
Por eso yo sonreí al leer la segunda parte de la afirmación en la señal de la iglesia: “Tú puedes cambiar aquí adentro” – Tiene una doble significación, por supuesto: primero, ven tal como eres, sin importar la ropa que estés usando – y la primera parte del cambio puede ser interno: “Tú puedes cambiar aquí adentro – dentro de ti, en tu corazón – puedes abrirte a la conversión porque tú has venido “tal como eres”.
Pero también hay una sugerencia de que hay algún tipo de código de vestimenta eventualmente – la ropa que necesites puede ser provista adentro, como parte de la vida de la iglesia – y una vez que hayas entrado, serás invitado/a a “cambiar(te)”, primero internamente y eventualmente en tu perspectiva de vida y de aquellos alrededor tuyo: ponerte nuevas vestimentas apropiadas para la nueva vida. La imagen de la vestimenta es maravillosamente bíblica, y le doy la bienvenida a una nueva comprensión sobre la señal de esta iglesia que me brinda la a veces problemática parábola de Jesús sobre la fiesta de bodas, en Mateo 22:1-14.

La historia comienza con un mensaje familiar, de bienvenida – Cuando los invitados originales están todos muy ocupados, el dueño de la casa sale a la calle y pasa la invitación a todos para que entren. Pero al final de la parábola en Mateo, hay un giro en la historia: alguien intenta entrar a la fiesta de boda sin la “vestimenta de la boda” – es decir, sin cambiarse por dentro – y la respuesta es dura: la persona es expulsada a la oscuridad afuera, con llanto y rechinar de dientes. El lenguaje parece duro para nosotros pero la sugerencia es una advertencia: HAY intencionalidad, compromiso, transformación en este peregrinaje que recorremos. Todos son bienvenidos, sí: y nosotros le damos la bienvenida a todos – pero la invitación bautismal nos pedirá algo eventualmente: “Dar un giro” – (la palabra griega es metanoiete – cambiar el sentido de tu vida o “arrepentirse”) – “cambiar adentro” y ·revestirse de Cristo” (Gálatas 3:27) – la nueva vestimenta de boda y el nuevo camino de vida al cual todavía nos estamos adaptando y en el cual estamos creciendo.

Esto tiene que ver con el misterio, en el corazón de nuestra identidad bautismal: todos son bienvenidos – vengan tal como son Y nuestro bautismo para toda la vida incluye intencionalidad – la opción de entrar al nuevo camino de vida: el camino de Jesús, el movimiento hacia la sanación, el amor y la reconciliación al que Él siempre nos invita a ser parte. Para ser parte de él necesitamos estar dispuestos tanto a “venir como somos”, sin juicio o vergüenza, y a “DAR UN GIRO” hacia Jesús y hacia el nuevo camino de vida, abierto a la sorpresa y a “cambiar adentro” – para así ser portadores de la esperanza y el nueva dia de todos los que encontramos en esta vida.