por Kathy Staudt, Directora Espiritual de BFL/VEA
Una de mis oraciones favoritas en el servicio bautismal es aquella que se dice con relación al nuevo bautizado/a, y especialmente la última parte de ella:
Padre celestial, te damos gracias porque por medio del agua y del Espíritu Santo has concedido a estos tus siervos el perdón de los pecados y les has levantado a la nueva vida de gracia. Susténtales, oh Señor, en tu Santo Espíritu. Dales un corazón para escudriñar y discernir, valor para decidir y perseverar, espíritu para conocerte y amarte, y el don del gozo y admiración ante todas tus obras. Amén.
“Gozo” y “admiración” son palabras que asociamos con el tiempo de Adviento-Navidad, especialmente el gozo: Escuchamos “el gozo de tu salvación” y cantamos “Gozo, gozo, en Jesús…” – y hay algo sobre el “gozo” que es diferente de otras palabras relacionadas con la temporada de la Navidad: no tiene que ver con estar “feliz” o “contento”. El gozo es algo más profundo que no depende de lo que está pasando alrededor nuestro, sino que está creciendo dentro de nosotros.

Mientras escribo esto estamos llegando al tercer Domingo de Adviento, también conocido como Domingo de Gaudate – cuando en muchas de nuestras iglesias se prende una vela rosada y algunas veces se utilizan vestimentas rosadas al recordar especialmente el gozo asociado con la Anunciación a María. “Gaudate” proviene del antiguo himno latino que comienza diciendo “Gózate/Alégrate, María”, por lo que tiene que ver con el gozo de María y con su humanidad al recibir el regalo de Dios de convertirse en uno de nosotros a través de Jesús. Pero también, más sutilmente, estamos contemplando el gozo misterioso y extrañamente pesado de Cristo al escoger venir a nosotros. Estos textos de la estación, provenientes de las Escrituras hebreas, recogen este sentir: uno de esos textos del profeta Sofonías celebra el regreso de Israel del exilio, aunque nosotros los cristianos leemos en el texto acerca de nuestra celebración al Dios-con-nosotros en Jesús. Presta atención a estas palabras:
¡Lanza gritos de alegría, hija de Zion!

Zephaniah verse
¡Lanza gritos de alegría, hija de Sión!
¡da gritos de victoria, Israel!
¡Regocíjate y alégrate de todo corazón,
hija de Jerusalén!
El Señor te ha levantado el castigo,
ha puesto en retirada a tus enemigos.
El Señor, rey de Israel, está en medio de ti:
nunca más temerás mal alguno.
porque el Señor tu Dios está en medio de ti
como guerrero victorioso.
Se deleitará en ti con gozo,
te renovará con su amor,
se alegrará por ti con cantos como en los días de fiesta».
Sofonías 3:14-15, 17
Y la lectura del Nuevo Testamento para el día es de la carta de Pablo a los filipenses 4: “Alégrense siempre en el Señor. Repito: Alégrense.
Algunas veces esta estación NO incluye alegría o celebración, especialmente para personas en duelo. Pero el gozo es algo más: Gozo es una respuesta interior al recibir el regalo de Dios que “se goza en nosotros” sin importar las circunstancias externas. Este gozo se expande y se hace uno en nosotros: De hecho en tiempos de pérdida ese misterio de la Encarnación se hace más grande y todo lo que podemos hacer es recibirlo en la quietud de nuestros corazones, incluso en tiempo de duelo. Las palabras de las Escrituras y la liturgia en esta estación pueden ayudar en esto.

“Alégrense, incluso cuando hayas considerado todos los hechos”
Una vez que pasamos el tercer Domingo de Adviento yo no estoy sola al reconocer los grandes quebrantamientos en mi amplio círculo inmediato de amigos y comunidades. Noticias de serias enfermedades en mi círculo cercano de amigos, la muerte de un compañero/a amado, y para algunos de mis amigos el aniversario de fuertes pérdidas siempre magnificadas por el cariño falso que puede venir con la estación de Navidad. Pienso en el poeta Wendell Berry, en su poema “manifiesto” que celebra la espiritualidad de la resistencia: Él exhorta a sus lectores: “Alégrense, incluso cuando hayan considerado todos los hechos”.
Pensando en el Domingo de “Gaudate” y en la palabra “Gozo”, recuerdo las palabras que Jesús le dijo a sus discípulos en su despedida en el evangelio de Juan, mientras él se prepara, conscientemente, para morir, completando la historia que nosotros celebramos en esta estación de Adviento. Al exhortar a sus amigos a amarse unos a otros, a estar conectados a él en amor, Jesús dijo:
“He dicho estas cosas a ustedes para que mi gozo permanezca en ustedes, y para que su gozo sea completo”.
Así que esta estación de Adviento, especialmente cuando pasamos del Adviento a la Navidad y a Epifanía, te invito a reflexionar en el papel de la palabra “gozo” en tu vida, quizás pasando tiempo con uno de estos textos que he citado. Que puedas experimentar la novedad en esta estación santa del “regalo de gozo y admiración” de nuestra herencia bautismal.
Wendell Berry: “Manifiesto: The mad Farmer´s Liberation Front” – el mismo poema culmina con una exhortación a “Practicar la Resurrección. El mismo puede ser encontrado en internet en https://www.context.org/iclib/ic30/berry/